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Foto del escritorWanda Kirsch

Liberación de Apegos, trabajando el desapego

El apego tiene su origen en nuestra niñez, es el resultado de cómo nos vinculamos con nuestros padres y con las primeras personas que conocemos. Su función es asegurar el cuidado, el desarrollo psicológico y la formación de la personalidad.


Dos son los sistemas que se relacionan con el establecimiento del apego: el sistema exploratorio: el bebé se conecta con el medio a través de los sentidos; y el sistema afiliativo, los bebes contactan con otras personas.


El apego se compone de tres componentes: la construcción mental que permite establecer la relación de pertenencia e incondicionalidad, la unión afectiva que proporciona sentimientos de alegría y bienestar, y el sistema de conductas de apego focalizado en mantener un contacto privilegiado.


El apego emocional es un lazo afectivo primario, no podemos elegir tenerlo o no, ya que nos permite crear vínculos. No así la dependencia emocional, que es la que nos genera sufrimiento.


Entonces ¿ A qué llamamos apego emocional o afectivo? al que implica una dependencia en tus relaciones, ya sean de pareja, sociales o familiares y se manifiesta cuando necesitas en exceso la aprobación de otras personas cuando debes tomar cualquier decisión.



4 tipos de apegos según la teoría de John Bowlby


Apego Seguro

Durante la infancia el apego seguro es cuando los progenitores demuestran cariño, les enseñan a los niñxs a expresar sus emociones, le brindan la protección y el consuelo necesario pero sin crear una dependencia con ellos, les dejan su espacio para el desarrollo y que aprendan tanto de sus logros como de sus equivocaciones.

El apego seguro permite a los niñxs explorar y relacionarse de manera segura, generando asi autonomía y empatía. Nos sentimos queridos, aceptados y valorados.

Durante la edad adulta, este tipo de apego seguro implica una autoestima sana, relaciones duraderas, desarrollando confianza en uno mismo y con los demás.


Apego Inseguro

Este es todo lo contrario al anterior y a su vez se divide en 3 tipos: ambivalente, evitativo y desorganizado.


Apego Ansioso-Ambivalente

Ambivalente, en psicología, significa expresar emociones contrarias, lo que generan angustia.

El apego ambivalente es cuando los progenitores son inconsistentes en las conductas de cuidado y seguridad, a veces están y a veces no. Por tanto los pequeños demuestran desconfianza hacia los extraños, cierto stress y/o ansiedad si son separados de sus padres, y tienen dificultad para calmarse cuando su cuidador regresa. Su exploración del medio es poco relajada ya que vigilan que no les abandonen y necesitan la aprobación de sus cuidadores.

Durante la etapa adulta este tipo de apego se ve reflejado en una mala gestión de nuestras emociones, rupturas frecuentes… repetimos el patrón infantil. Esperan recibir una vinculación más íntima de la que dan, provocando una sensación de temor por falta de amor.


Apego Evitativo

Este tipo de apego se desarrolla durante la niñez debido a la poca o nula atención de los progenitores, los niñxs generan miedos y no tienen confianza en sí mismos. La duda se hace presente de manera continúa si son amados o no. Este tipo de apego se genera en situaciones de padres ausentes o de abandono. El menor desarrolla una autosuficiencia con preferencia por la distancia emocional.

En la edad adulta se traduce en desarrollar una personalidad insegura, personas con baja autoestima que evitan relaciones íntimas ya que no se permiten confiar, ni en si mismos ni en los demás. Incapacidad de poner límites. Es no sentirse valorado.


Apego Desorganizado

Es un mezcla de los anteriores. La constante en los cuidadores es la negligencia y la inseguridad. Se genera un desbordamiento emocional ya que no hay forma de gestionar las emociones, se traduce en conductas explosivas, reacciones impulsivas y dificultades para entenderse con los cuidadores y con otras personas.

De adultos suelen ser personas con mucho nivel de frustración e ira. No se sienten queridas y lo demuestran rechazando relaciones pero que en definitiva son su mayor deseo.


Pero tranquilxs! El apego se puede transformar como todo en esta vida.

Todas las interrelaciones de nuestra vida (desde nuestro nacimiento hasta la edad adulta) marcan el comportamiento en el aquí y ahora. Si presentamos un apego de estilo inseguro en la infancia podemos aprender conductas de apego seguro durante nuestra adultez en nuestras relaciones de pareja, amigos, laborales… lo importante es generar seguridad, confianza en nosotros mismos que se verá plasmada en la relación con los demás. Una buena comunicación, aprender a identificar, aceptar y soltar nuestras emociones (una buena gestión de ellas) es la base para trabajar en el apego seguro.


Trabajando el Desapego


Cada vez que nos apegamos a algo, lo hacemos para apoyarnos, en un determinado momento de nuestra vida. Esto es lícito para salir de una crisis o situación de forma puntual, es importante estar atentos a que el apego que generamos no se convierta en un limitador de nuestra evolución personal.




Liberarse de apegos es soltar a través de cortar lazos energéticos que nos atan a personas, relaciones, emociones, hábitos, formas de pensar.

Permitimos que estos apegos dominen nuestras vidas, creando dependencia y no nos dejan brillar a nuestro máximo potencial.

Hoy a través de esta meditación te invito a encontrar ese espacio dentro de ti que este ocupado por una dependencia, obsesión, rencor, viejas costumbres, patrones... y puedas liberarte para seguir en tu camino de evolución y ascensión.

Espero la disfrutes!




Bonito dia! Bonita vida!

Bendiciones & Namaste


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